Wolter Chocolate, la empresa que regresó el chocolate mexicano a la élite

Como ya es costumbre, en Casa Élite somos fanáticos de relatar historias, con el objetivo que compartir el verdadero valor de las cosas. Hoy toca hablar de una chocolatería que viene marcando tendencia desde hace muchas décadas, y que es, sin duda, un ejemplo de grandeza en México.

Nuestra historia comienza en 1958, cuando un inmigrante alemán, de nombre Otto Wolter, funda lo que hoy se conoce como Wolter Chocolate, una de las fábricas con mayor tradición en Tabasco, productoras de uno de los chocolates más finos del país. Hacienda La Luz, hogar de la chocolatería, testigua cómo los procesos tradicionales heredados de generación en generación llenan de valor al chocolate de mesa y en polvo que se produce día tras día.

Al día de hoy, las nuevas generaciones de chocolateros y cacaoteros de Wolter Chocolate, comandadas por Alejandro Campos y Ana Parizot, y de la mano de un inquebrantable deseo de regresar a México al mercado del chocolate internacional, han desarrollado una nueva línea de chocolatería fina de alta calidad, llamada Chocolates Quetzalli.

Su calidad, la búsqueda del prestigio internacional y el cuidado de las formas durante su producción, han permitido que Wolter Chocolate sea acreedor de múltiples premios internacionales. Apenas el año pasado, se llevaron al bolsillo un total de 15 medallas, cinco del World International Chocolate Awards y 10 premiaciones centroamericanas. Así, esta chocolatería de Tabasco, presume un total de 54 premios internacionales en sus vitrinas.

Ya en 2017, se habían hecho acreedores a cinco preseas en el America/Asia International Chocolate Awards, en la que compitieron más de mil empresas, obteniendo dos medallas de bronce y tres de plata con: los bombones de tequila y mezcal, y: las barras de 70% criollo, 74% Uranga con sal de ceniza, maíz y limón, y criollo 70% con sal de hormiga chicatana y cardamomo.

En 2016, obtuvieron una medalla de bronce a nivel mundial en el International Chocolate Awards 2016 en Londres con el bombón de maracuyá hecho con chocolate blanco. Siendo justo en este año, donde el prestigio internacional comenzó a llegar a la hacienda y a la empresa entera.

El mercado mexicano comienza a desarrollar el gusto por la chocolatería fina tipo europea, por lo que el consumidor es cada vez más exigente y dinámico en su búsqueda por productos derivados del cacao, por lo que Alejandro Campos y Ana Parizot, quienes están al mando de Wolter Chocolate, están produciendo chocolates con materia prima de primera calidad, convirtiéndose en una empresa de trascendencia nacional, y la única en regresar a México al sitio del chocolate de élite, del cual nunca debió irse.